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jueves, 23 de enero de 2020

UN PULSO A DIARIO

Los burócratas sabemos que, tengamos o no miles de papeles y de carpetas encima de la mesa, básicamente es el ordenador con su  absorbente pantalla y su escueto teclado el que domina el escenario oficinesco. Cada mañana se convierte en nuestro más fiel y, a la vez, déspota compañero de trabajo. Me saca de innumerables apuros continuamente y al mismo tiempo establece rutas predeterminadas de actuación administrativa que no admiten un gesto de tímida rebeldía. Los burócratas somos gente atada a una silla y encadenada a un parco y estricto ordenador. Por eso por las tardes, cuando llega la hora de mi verdadero oficio –escritora no remunerada– me sitúo ante la pantalla con cierto titubeo. No sé qué tiene este aparato no tan antiguo en la historia de la Humanidad que se ha convertido en un apéndice de mis manos y en ese compañero inseparable que es sombra de mi rutina y espejo de mis temores. Porque para ser escritora o escritor primero surge eso que Rosa Montero llama “el huevecillo” y que después va cobrando envergadura y concreción conforme la creación literaria –en su caso la narrativa y en el mío sobre todo la poesía– va tomando cuerpo. Los temores, los miedos, las angustias, en cualquier aspecto de la vida acentúan otros tipos de emociones y todos ellos son susceptibles de convertirse en el germen de un poema o de un relato más o menos extenso.

El ordenador me echa un pulso a diario. Cuando actúo como burócrata me domina mientras percibo el espejismo contrario, es decir, que soy yo quien dirige el asunto y no él; y cuando quiero discurrir en la certeza de ser yo misma a través de la ficción de un poema, juega con mi mente y se convierte en un refugio o en una pared blanca y despoblada en la que los vocablos fluyen o se ausentan, según le coja el día.  

Fuensanta Martín Quero.

POEMA "2020", DE MI LIBRO "DE NUEVO OCTUBRE"

"2020" es el título de un poema perteneciente a mi último libro de poesía, De nuevo octubre (Ediciones Carena, 2023), presentado ...