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jueves, 3 de marzo de 2022

RESEÑA DEL LIBRO PUNTOS DE FUGA - CUADERNO DE ALEMANIA, DE ROSA ROMOJARO

Reseña del libro Puntos de Fuga - Cuaderno de Alemania (Editorial Renacimiento, 2021), de la escritora Rosa Romojaro, publicada el 26 y el 27 de febrero de 2022 en las webs de la Asociación Colegial de Escritores, Sección de Andalucía, y de la Biblioteca de Escritores Andaluces (BECA). Las direcciones de internet son los siguientes:

https://www.aceandalucia.es/puntos-de-fuga-de-rosa-romojaro/   

https://www.bibliotecaescritoresandaluces.com/biblioteca/ensayo-y-critica-literaria/resenas-de-narrativa/




Reproduzco el texto:

Por Fuensanta Martín Quero

Puntos de Fuga

Rosa Romojaro

Editorial Renacimiento (Sevilla, 2021)

En unos versos del poema «Entre irse y quedarse», de Octavio Paz, sobre la contemplación del instante cotidiano se dice: «Todo es visible y todo es elusivo,/todo está cerca y todo es intocable». Es eso precisamente lo que, a primera vista, se aprecia en Puntos de Fuga, de Rosa Romojaro. Un libro que está escrito a partir de anotaciones que su autora fue vertiendo en pequeños trozos de papel durante un periodo aproximadamente de quince años y que constituyeron esos «puntos de fuga» visibles como instantes congelados en esos fragmentos mediante la palabra escrita, pero también elusivos en tanto que soslayan su individualidad temporal para construir una urdimbre, un tejido en el que se sustenta una historia ficcional cuyo tiempo deja de ser el de la autora y se traslada al del personaje/narrador(a). Razón por la cual la cercanía de las vivencias reflejadas en esos trozos de papel se difumina cuando el momento presente las deja atrás y se vuelven intocables, aunque completamente asequibles en la obra literaria que nos ocupa. El instante así retenido durante años se reconstruye en la imaginación de su autora y se transforma en ficción.

En la introducción del libro, denominada «Confidencias con el lector», Romojaro nos ofrece una panorámica sobre cuáles fueron las circunstancias que de forma genérica dieron pie a escribir esas notas «que guardaba en el bolso, al salir de casa, o en un bolsillo del abrigo o la chaqueta» (pág. 11), y que posteriormente transcribió en un «grueso cuaderno de pastas duras y floreadas» (pág. 11) que un amigo le trajo de Alemania. De ahí el subtítulo del libro («Cuaderno de Alemania»). Acontecimientos cambiantes propios de los seres humanos, el ajetreo diario, la pérdida de la vivienda del ático (entendida no solo como lugar sino como símbolo de libertad y encuentro personal) y la búsqueda de otra, así como los vaivenes de la cotidianidad dentro de un contexto urbano, dan muestra de que estamos ante un libro que constituye un reflejo de la época en la que vivimos con los condicionamientos característicos de una sociedad moderna. Manifiesta Rosa Romojaro en la introducción, que esos «papelitos» «fueron mi vía de escape, como diría Granham Greene, lo que me salvó de la pérdida de mi casa cerca del cielo y con ello de la pérdida de la libertad que allí había conseguido» (pág. 12). Existe una permeabilidad entre autobiografía y ficción, cuyos límites se difuminan en el libro. El deseo de huida viene ya anticipado en las dos citas previas al texto, sobre todo una de Peter Handke («Entrevista», El independiente, 6-5-90): «No hay nada más hermoso que la sensación de escapar». El propio título de esta obra es expresión de lo mismo.

El libro se estructura en tres partes que son coincidentes con tres etapas diferenciadas vividas por el personaje/narrador(a). La primera de ellas se sitúa a finales de los años 80 del pasado siglo: «ACABAN LOS 80. Trozos de papel para unir trizas». Hábilmente la autora utiliza un juego de palabras con dos vocablos (trozos/trizas), cuyos significados se refieren a fragmentos de algo, pero expresados con matices diferentes porque el segundo de ellos alude más bien a las vivencias y a los instantes reflejados en los trozos de papel. Esta parte se corresponde en cierto modo con la introducción o planteamiento de una estructura tradicional narrativa. El nudo o desarrollo se visualiza en la segunda,  en la que se entra de lleno en la problemática planteada a través de la catábasis (descenso) e inmersión en la misma, en tanto lo que se refleja en la tercera es el desenlace de la historia. A través de esos fragmentos narrativos que constituyen los pensamientos y observaciones con gran carga subjetiva de la narradora se nos presenta un ambiente urbano en el que se desarrolla su vida, con sus anécdotas cotidianas, sus desengaños y con una mirada hacia cuanto le rodea que se proyecta en cierto modo gris: «Es como si la belleza se hubiese escapado de las cosas» (pág. 25). El ruido de la ciudad, habitual en las urbes actuales, contribuye a la carencia de sosiego, experimentado como un elemento extorsionador más. Con todo ello, siente necesidad de espacios abiertos frente «a la opresión de hormigones y asfalto que ahora la constreñía» (pág. 34). Se menciona la pérdida de la casa y el descenso físico y emocional: «Ella perdió su casa. Y bajó a la jungla de las casas sombrías, llenas de ruido. Peregrinajes. Casas sin horizontes» (pág. 33), «Ya perdí mi sitio, ya perdí la naturaleza. Mi naturaleza» (pág. 43). Como consecuencia de todo esto aflora la necesidad de huida: «Salir, no dejar de salir, para salir de uno mismo» (pág. 35).

Tras la presentación de la historia en la primera parte, la segunda, titulada «EN LOS 90. El descenso de la casa del cielo (la catábasis) al infierno del asfalto y de las vanidades: Notas de huidas», se entra de lleno en ese descenso (o catábasis) vivencial del personaje/narradora. Se insiste en la añoranza de su casa del ático, en tanto se produce un peregrinaje a otras viviendas que no le satisfacen («En la casa última no hay reflejos», pág. 48). Es presa del agotamiento derivado del exceso de trabajo y de los «disgustos interiores». Los pensamientos pesimistas afloran, así como el exceso de sensibilidad.

El desenlace se resuelve mediante un movimiento inverso al anterior y se narra en la última parte del libro: «ENTRADO LOS 2000. De los lugares del desengaño a la vuelta (la anábasis) al origen. Señales del regreso». En esta, las anotaciones suelen ser más extensas que las anteriores, apareciendo a menudo como breves relatos. Se cuentan anécdotas, observaciones; afloran muchas reflexiones de diferente índole incluyendo las de carácter literario, lo que provoca que su lectura sea un auténtico deleite; y con frecuencia se insertan fragmentos de sus colaboraciones de prensa. Se produce una transformación del tono empleado, desde el pesimismo que se manifestaba en las anteriores partes hasta una percepción de la realidad de mayor sosiego y una recuperación de la alegría, de la belleza y del color de cuanto le rodea, aunque no de forma absoluta, sino progresivamente. Y es que el «regreso» tiene su proceso porque, como dijo el escritor y pensador francés Paul Valèry: «Sólo hay una cosa que hacer: rehacerse. Y no es sencillo». En esta última parte se proyecta una mirada dirigida más hacia el exterior y liberada en buena medida de connotaciones intimistas.

Si la estructura narrativa responde a un esquema tradicional (planteamiento, nudo y desenlace), no lo es en absoluto el estilo empleado. A lo largo de todo el libro son las anotaciones realizadas en esos trozos de papel, que posteriormente la autora transcribió en el cuaderno de Alemania regalado por su amigo, las que van trazando el relato. Se cuentan anécdotas de la vida cotidiana: en taxis, en autobuses, en las calles; observaciones de comportamientos de personas y del contexto exterior urbano; sueños y coincidencias… La ubicación principal en la que se desarrollan los acontecimientos es la ciudad de Málaga. Se mencionan calles y lugares concretos frecuentados por ella, si bien la protagonista visita otras ciudades a las que viaja por algún fin concreto. Entre todas las notas del libro destacan las que expresan sus vivencias como profesora, primero de instituto y, posteriormente, de universidad. Llama la atención igualmente la ingente cantidad de  autores y libros que menciona, así como de films, que constituyen elementos ensayísticos introducidos en una obra narrativa como esta y que le otorgan cierto carácter híbrido en cuanto al género literario. Al mismo tiempo, las continuas referencias que la autora realiza sobre el proceso creativo de la escritura, sus anotaciones previas a algunas de sus obras (poemas, relatos, novela), sobre su poesía, su narrativa y sus publicaciones periodísticas dan muestra de la importancia de esa faceta suya en su modus vivendi y en su personalidad, al tiempo que traza de manera subliminal un hilo argumental dentro de la historia que se narra. Se nos presenta, pues, tres vertientes de la narradora/personaje: su mundo interior intentando encajar dentro de un mundo exterior urbano que con frecuencia constituye un obstáculo para su libre albedrío, el rol que desarrolla como docente y su importante faceta como escritora. Tres vertientes que son inseparables y que la definen. Así pues, lo cotidiano y lo trascendente se entremezclan en esa sucesión de anotaciones que constituye el cuerpo narrativo del libro, de tal manera que, tras la lectura de cada una de ellas, se suscita un interés por conocer qué dirá la siguiente. Romojaro consigue crear así la tensión narrativa que hace que el lector(a) busque saber qué viene después.

En ese paréntesis de aproximadamente quince años se produce una evolución en la mirada de la narradora en el sentido ya indicado, cuyo fondo humano deja abierto al lector/a en forma de vivencias, de reflexiones y de conocimientos, de tal manera que resulta palpable. Se percibe su proximidad con este/a porque lo que se narra es un contarse a sí misma (autora) en un primer momento cuando aún no estaba creada la obra, y un contar (narradora) a la persona que lee tras la publicación del libro, creando así un espacio de confidencias entre ambas similar a lo que sucede en el género lírico. La historia exterior extraída de los fragmentos se relata paralelamente a una historia interior riquísima en matices y humanamente cercana.

Puntos de fuga es un libro envolvente en cuanto al contenido y original respecto a la forma como narrativa fragmentada creada mediante microtextos aparentemente inconexos entre sí. Fragmentos que tienen su significación individual propia e independiente y que, sin embargo, están dirigidos a otorgar cuerpo a la totalidad de la historia. La suma de esos fragmentos va creando una atmósfera de la cual emana el discurso narrativo que no se presenta abiertamente sino que el/la lector/a debe descubrir. Al mismo tiempo, esta obra, al estar construida mediante pequeñas teselas textuales, utiliza una técnica que es novedosa y propia de Romojaro y que recuerda de alguna manera las pinceladas del movimiento pictórico impresionista del siglo XIX: trazos breves, sin importar que de forma individual no se ajustaran a un modelo real (percepción subjetiva), pero que en su conjunto completaban una imagen. Rasgos que se perciben en este libro. Todo ello demuestra una pericia en la composición del mismo y una capacidad creativa con estilo propio que evidencia que Rosa Romojaro, escritora prestigiada por un elenco importante de premios literarios y reconocimientos, no solo aborda géneros diferentes (poesía, narrativa, ensayo, textos periodísticos), sino que nos presenta con Puntos de fuga (Cuaderno de Alemania) una forma de narración novedosa que solo puede partir de una gran escritora cuya creatividad resulta manifiesta. ¿Un subgénero tal vez? ¿Un tipo de narrativa fragmentada e impresionista que inaugura una nueva forma de novela? Solo queda ponerle nombre. El camino ya está iniciado.


RESEÑA DE MI LIBRO POEMAS DE LA OFICINA EN EL SIGLO XXI, POR AURORA GÁMEZ ENRÍQUEZ

En la revista Café Montaigne se ha publicado el 19 de febrero de 2022 la reseña que la escritora Aurora Gámez Enríquez ha realizado de mi libro Poemas de la oficina en el siglo XXI. La dirección de internet es la siguiente:

https://cafemontaigne.com/poemas-de-la-oficina-en-el-siglo-xxi-de-fuensanta-martin-quero-una-resena-de-aurora-gamez-enriquez/critica-literaria/admin/




CARMEN CONDE: EL DISCURSO FEMINISTA DE UNA GRAN ESCRITORA

En el número 17 de la revista Sur. Revista de Literatura (diciembre 2021), homenaje a Carmen Conde, la primera mujer en ingresar en la Real Academia Española, se puede leer el artículo "Carmen Conde: el discurso feminista de una gran escritora", en el que hago referencia precisamente al discurso de ingreso en la RAE pronunciado por ella el 28 de enero de 1979, si bien su nombramiento data de 1978. La dirección es la siguiente: http://www.sur-revista-de-literatura.com/Monografia17.html

Reproduzco el artículo:

CARMEN CONDE: EL DISCURSO FEMINISTA DE UNA GRAN ESCRITORA

Por Fuensanta Martín Quero

 

Perteneciente a la Generación del 27, Carmen Conde Abellán fue una escritora prolífica con más de un centenar de libros entre poesía en verso y prosa, teatro, novelas, ensayos, biografías... Obtuvo numerosos premios, entre ellos el Nacional de Poesía en 1967. Su ingreso en la Real Academia Española en 1978 constituyó un hito importante al ser la primera mujer en ser académica de número en dicha corporación.

Nació en Cartagena en 1907. Su actividad cultural y literaria fue incesante desde tempranas edades. Antes de cumplir los veinte años ya colaboraba en prensa, y posteriormente en periódicos nacionales como El Sol. Estudió Magisterio, y en 1931 contrajo matrimonio con el poeta Antonio Oliver Belmás,  con quien fundaría la Universidad Popular de Cartagena, cuya finalidad era que todas las clases sociales pudieran tener acceso a la educación y a la cultura. En esta primera etapa sus poemas estuvieron influidos, sobre todo, por la poesía de Juan Ramón Jiménez y Gabriel Miró, así como de Santa Teresa y San Juan de la Cruz. Ya durante la República, Carmen Conde tenía una presencia relevante como escritora.

En 1936, cuando estudiaba literatura en la Facultad de Letras de la Universidad de Valencia, en la que fue alumna de Dámaso Alonso, conoció a Amanda Junquera, que estaba casada con el catedrático de Historia Española Cayetano Alcázar Molina, y con la que mantuvo una relación amorosa, según ha afirmado (entre otro autores) José Luis Ferris en la biografía Carmen Conde: vida pasión y verso de una escritora olvidada.[i]

Cuando estalló la Guerra Civil, Antonio Oliver se alistó en el bando republicano. Al acabar la misma, este vivió recluido en Murcia en casa de su hermana y ella en la de su amiga Amanda Junquera. Según el filólogo y doctor en Literatura citado anteriormente, José Luis Ferris, estudioso de la vida y obra de Carmen Conde, esta «no sólo adquirió notoriedad durante la República sino que, en el verano de 1940, era una mujer procesada en busca y captura (…). Sin embargo, ella estaba en Madrid, en casa del matrimonio Alcázar-Junquera. El esposo de Amanda [Cayetano Alcázar] adoraba a Carmen y no dudó en protegerla, siendo él un franquista significado y una autoridad académica».[ii]

Durante los años 40, 50  y 60 la producción literaria de Carmen Conde fue muy prolífica. En 1941 ella y Amanda Junquera se instalaron en Madrid en la casa de Vicente Aleixandre, que residía en la planta baja, sita en calle Wellingtonia. Y entre 1944 y 1951 colaboró en Radio Nacional de España bajo el seudónimo de Florentina del Mar. Su producción literaria continuó durante las décadas posteriores hasta su fallecimiento, con 88 años, en 1996.

Respecto a su ingreso como académica de la RAE, Ferris opina que «En 1978, el pasado republicano de Carmen Conde estaba enterrado y más que enterrado. Nadie tenía conciencia de él. Lo que pesaba en contra de ella para ser elegida era todo lo contrario: su acomodo durante cuarenta años a la vida y la cultura de un país regido por la dictadura franquista.»[iii]

Pese a su importante trayectoria literaria y su extensa obra, cuya calidad ha sido merecedora de numerosos premios, tal como manifiesta Sonia Sánchez Martínez, Dra. en Filología Hispánica, Profesora de Lengua y Literatura y su Didáctica y Didáctica de la Gramática en el Máster ELE de la Universidad Camilo José Cela:

 

«Carmen Conde, aunque a algunos nos resulte inverosímil, es una mujer que no encontramos en un libro de texto, una escritora que no aparece incluida en su generación, al igual que Concha MéndezRosa ChacelJosefina de la TorreMª Teresa León o Ernestina de Champourcín»[iv].

El predominio de autores masculinos en el estudio de la historia de la literatura en ámbitos académicos y el exiguo elenco de  escritoras en textos educativos dan lugar a que, en la actualidad, existan voces que aboguen por una apertura del canon literario en el que se dé cabida a un mayor número de mujeres cuyas obras son consideradas referentes. La inverosimilitud expresada por Sonia Sánchez Martínez respecto al caso de Carmen Conde y de las demás autoras que cita es reflejo de ello.

Como recuerda la profesora de la Universidad de Granada y crítica literaria Remedios Sánchez en su libro Así que pasen treinta años…, «en palabras de Fokkema, “un canon de literatura puede ser definido a grandes trazos como una selección de textos bien conocidos y prestigiosos, que son usados en la educación y que sirven de marco de referencia en el criticismo literario”»[v]. Teniendo en cuenta esta definición, no parece que la obra de Carmen Conde pudiera estar incluida en el canon literario actual, al igual que históricamente ha sucedido con la de un importante número de mujeres escritoras, pese a la enjundia de su obra y de su trayectoria literaria. En el libro citado, Remedios Sánchez hace asimismo referencia a «las propuestas de Lilian S. Robinson y su idea de re-visitar el canon tradicional y sus valores intrínsecos con la idea de crear un contra-canon femenino atendiendo a su “creencia de que criterios ‘puramente’ literarios, como los que se han empleado para identificar a las mejores obras americanas, han mostrado inevitablemente predisposiciones a lo masculino”»[vi].

Siendo Carmen Conde consciente de esta inclinación histórica de arrinconar a las escritoras y de no otorgarles el valor considerado a las obras escritas por mujeres, fue significativo el alegato que en este sentido revelaba en su discurso de ingreso en la Real Academia Española, titulado «Poesía ante el tiempo y la inmortalidad», pronunciado el 28 de enero de 1979. Al comienzo del mismo, se dirige a los Señores Académicos de la siguiente manera:

«Mis primeras palabras son de agradecimiento a vuestra generosidad al elegirme para un puesto que, secularmente, no se concedió a ninguna de nuestras grandes escritoras ya desaparecidas. Permitid que también manifieste mi homenaje de admiración y respeto a sus obras. Vuestra noble decisión pone fin a una tan injusta como vetusta discriminación literaria»[vii].

Los temas centrales del discurso, como su título indica, giran en torno a «lo indescifrable del Tiempo», la importancia del mismo para los/as poetas y la «preocupación por la inmortalidad» de las obras literarias por parte de sus autores/as.[viii] Sobre una selección de algunos de ellos realiza unos comentarios en relación con los temas citados. El ensalzamiento de la poesía también se encuentra presente en su exposición. Y así dirá: «Ni evasiones del dolor ni rechazos a la alegría. Quienes lealmente crean poesía porque sí, saben de la necesidad de su verdad y de la defensa desinteresada de las causas perdidas» (pág. 11).

Sin embargo, paralelamente a estos temas, en determinados pasajes del discurso existe un claro mensaje feminista de Carmen Conde relativo a la consideración histórica hacia la mujer literata. Así lo pone de manifiesto cuando se centra en Gertrudis Gómez de Avellaneda, a la que cita en primer lugar, y en Carolina  Coronado, en segundo.

En los comentarios realizados sobre Gertrudis Gómez de Avellaneda, menciona a Juan Nicasio Gallego, prologuista «entusiasta» (expresará) de las Poesías de esta autora del Romanticismo. En relación al prólogo, manifestaba Carmen Conde en su disertación que «interesa resaltar algunos párrafos que revelan el concepto que en aquella época se mantenía sobre la poesía escrita por mujeres», dado que en palabras de Juan Nicasio «la publicación de un tomo de poesías, aun en lengua vulgar, escritas por una mujer que no es cosa frecuente en ningún país; en el nuestro es rarísima. Lope de Vega en su “Laurel de Apolo” sólo citó entre cerca de trescientos poetas castellanos, a una docena de poetisas, de las cuales no llegó a él ninguna de sus obras»[ix]. A raíz de lo cual se preguntaba Carmen Conde ante los Señores Académicos de la RAE: «¿cómo es que hay tan pocas [mujeres] que despunten por componer versos, y menos las que se atrevan a publicarlos…?». Nicasio Gallego reconoció los valores literarios de Avellaneda; sin embargo, como expresó la recién nombrada Académica, él «ve en doña Gertrudis que “todo en sus cantos es nervioso y varonil: así cuesta trabajo persuadirse que no son obra de un escritor del otro sexo”» (pág. 15).

Curioso es el caso que a continuación expuso durante su intervención ante los Señores Académicos al citar a Carolina Coronado. En este apartado manifestó que, precisamente otra mujer, Margarita Nelken, en el libro que publicó en los años treinta sobre las poetisas románticas españolas llamó a Carolina Coronado “la poetisa” y a Gertrudis Gómez de Avellaneda “el Poeta”, «influida sin duda por el que constituía peyorativo título más que reconocimiento de una obra lírica importante» (pág. 21). Ante ello, Conde defendió en su discurso que tanto una como la otra son dos grandes poetisas. Y dijo expresamente: «En ambas cuenta la ternura, lo apasionado, lo religioso (lo torrencial les es común), y, a veces, lo no tan suave y femenil» (pág. 21). A lo que añadió que «En el extenso poema dedicado “A las poetisas”, de Carolina, hay una seria protesta por la escasa atención que despertaban  en los medios cerradamente intelectuales» (págs. 21 y 22).

El ingreso el 9 de febrero de 1978 de Carmen Conde en la Real Academia Española, una institución históricamente inmovilista y reticente a los cambios, supuso el inicio de una apertura, el intersticio por el que por primera vez una mujer ocupaba una silla (letra ‘K’) dentro de la misma, y un giro de tendencia en consonancia con el advenimiento de la democracia en nuestro país y los principios en los que esta se sustenta, recogidos en el articulado de la propia Constitución española aprobada ese mismo año, entre los cuales se encuentran el derecho a la igualdad sin discriminación, entre otros motivos, por razón de sexo.

Desde que se fundó la Real Academia Española en 1713, hace más de 300 años, hasta hoy han formado parte de ella un total de 486 académicos entre los que solo 11 han sido mujeres.

No cabe duda de que Carmen Conde es un referente en la historia de la literatura en lengua castellana, especialmente en el género lírico. Su importante obra y su trayectoria literaria lo evidencian. Pero, igualmente, su posicionamiento feminista en defensa de las mujeres escritoras, frente a la indiferencia que los valores patriarcales han proyectado históricamente sobre sus obras, constituye una brújula para el camino que en este sentido aún hoy en día queda por rehacer en la literatura y la cultura en general.

 


[i] Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Carmen_Conde

[ii] MALVAR, A. (2018, febrero). Carmen Conde, de las barricadas republicanas a la película ‘Raza’. Recuperado de: https://www.publico.es/sociedad/40-anos-primera-mujer-rae-carmen-conde-barricadas-republicanas-pelicula-raza.html

[iii] Ídem.

[iv] SÁNCHEZ MARTÍNEZ, S. (2020, agosto). Carmen Conde, la esencia de una poeta olvidada. El plural.com. Tribuna feminista. Recuperado de: https://tribunafeminista.elplural.com/2020/08/carmen-conde-la-esencia-de-una-poeta-olvidada/

[v] SÁNCHEZ, R. (2018). Así que pasen treinta años… Historia interna de la poesía española contemporánea (1950-2017). Madrid, AKAL UNIVERSITARIA.

[vi] Ib.

[vii] CONDE ABELLÁN, C. (1979). Poesía ante el tiempo y la inmortalidad. Discurso de ingreso en la Real Academia Española, pronunciado el 28 de enero de 1979 por Carmen Conde Abellán.

Recuperado de: https://www.rae.es/sites/default/files/Discurso_ingreso_Carmen_Conde.pdf   

[viii] Ib.

[ix] Ib.

 

POEMA "2020", DE MI LIBRO "DE NUEVO OCTUBRE"

"2020" es el título de un poema perteneciente a mi último libro de poesía, De nuevo octubre (Ediciones Carena, 2023), presentado ...