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martes, 26 de noviembre de 2024

LA POESÍA EN LOS NUEVOS TIEMPOS DE REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA DIGITAL DESDE UN ENFOQUE HUMANISTA

 

Durante los días 19 y 26 de septiembre de 2024, se han desarrollado en el Ateneo de Málaga por iniciativa de la Vocalía de Poesía dos jornadas de reflexión en torno al hecho literario y, concretamente, en lo que concierne a la situación de la poesía en los nuevos tiempos y transtiempos (en la primera de ellas) y sobre la repercusión que las nuevas tecnologías digitales tienen en la creación y difusión de la creación poética (en la segunda). En ambas jornadas he participado en calidad de poeta de esta ciudad. De mi intervención en los dos actos he escrito el siguiente artículo, que ha sido publicado en la web de la Asociación Internacional Humanismo Solidario, y que reproduzco a continuación:

LA POESÍA EN LOS NUEVOS TIEMPOS DE REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA DIGITAL DESDE UN ENFOQUE HUMANISTA

Durante los días 19 y 26 de septiembre de 2024, se han desarrollado en el Ateneo de Málaga, por iniciativa de Rosa Romojaro Montero, Vocal de Poesía de dicha institución, gran poeta, narradora, ensayista y profesora jubilada de la universidad de esta ciudad, así como por Enrique Baena Peña, Catedrático en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Málaga y ensayista con una gran trayectoria de investigación, dos jornadas de reflexión en torno al hecho literario y, concretamente, en lo que concierne a la situación de la poesía en los nuevos tiempos y transtiempos (en la primera de ellas) y sobre la repercusión que las nuevas tecnologías digitales tienen en la creación y difusión de la creación poética (en la segunda)[1]. En ambas jornadas he participado en calidad de poeta de esta ciudad por invitación de ambos.

La temática abordada puede albergar perspectivas humanistas que no pasan desapercibidas para los/as escritores/as que pertenecemos de pleno a esta línea de pensamiento y que de alguna manera pude esbozar en el transcurso de mis intervenciones. Las ideas generales que, por razones de tiempo, expuse de forma sucinta las desarrollo a continuación sin entrar en un estudio pormenorizado de las mismas, recomendable, no obstante, por la repercusión social y humanista que arrastra la materia en cuestión.

En primer lugar, cabe decir que la acuñación del binomio ‘nuevos tiempos’ (mencionado en el planteamiento formulado en la primera de las jornadas citadas) en relación con la creatividad nos viene a sugerir la noción de cambio, que puede producirse de manera abrupta mediante una clara ruptura con las tendencias precedentes a las nuevas creaciones o bien como tránsito que acoge parte de los rasgos de lo creado con anterioridad.

Centrándonos en el hecho literario y concretamente en la poesía, encontramos antecedentes históricos de cambios drásticos por ejemplo en las vanguardias literarias (al igual que en otros campos artísticos como en la pintura) de las primeras décadas del siglo pasado. La ruptura con la tradición literaria se materializó mediante fórmulas novedosas ajenas a la innovación tecnológica, pero que revolucionó el denominado género lírico tanto en la forma como en el contenido. Recordemos, por ejemplo, la escritura automática utilizada por el surrealismo a partir de los métodos del psicoanálisis de Freud y sus teorías sobre el subconsciente e inconsciente. Igualmente, la poesía visual constituyó una de las formas poéticas figuradas desarrolladas en esos otros ‘nuevos tiempos’ de  aquellas vanguardias (o transtiempos, en la medida en que iban más allá del tiempo por su carácter rupturista que supera lo anterior y su proyección hacia el futuro) a través de los caligramas recuperados por el escritor cubista francés Guillaume Apollinaire, y cuyo inicio se cree que se debe al poeta griego Simmias de Roda, hacia el año 300 a. C. En lengua española destacan en el uso de este tipo de poesía visual autores de esas vanguardias como el poeta ultraísta español Guillermo de Torre, Gerardo Diego, perteneciente a la Generación del 27, o el chileno Vicente Huidobro, máximo exponente del creacionismo, entre otros muchos. De la misma manera, los cambios que abruptamente emergieron en aquellos movimientos literarios afectaron a los temas abordados en las creaciones poéticas al producirse, grosso modo, un rechazo por lo sentimental e íntimo. La literatura se convierte en un fin en sí mismo en muchas de estas corrientes literarias, desprendiéndose de la carga moral procedente de las generaciones anteriores a las mismas. La máxima expresión del alejamiento con el ser humano se produjo en el futurismo, centrado en la negación de los valores pasados y en la exaltación de los inventos, de las máquinas, del contexto urbano y del mundo moderno en general.

Para Ortega y Gasset estas vanguardias artísticas (y literarias) se alejaron del público al utilizar un lenguaje a menudo ininteligible para las mayorías, que no estaba dirigido a estas sino a los propios artistas o a una minoría de personas con la misma sensibilidad, provocando de esta forma un rechazo del público hacia ellas. Esta posición crítica la manifestó en su obra La deshumanización del arte, publicada en 1925, en la que analiza los rasgos principales que observa en esas vanguardias y considera que estas estéticas distorsionaban la realidad e intentaban evitar lo esencialmente humano.

En la época actual, los avances de las nuevas tecnologías digitales y su aplicación en sus diversas formas como son las redes sociales nos ubican ante una nueva situación de múltiples ángulos que, en cierta medida y poniendo el foco de atención en el hecho literario, recuerda el replanteamiento rupturista de las vanguardias del siglo XX citadas, a tenor de las repercusiones que estos avances proyectan sobre aquel.

De entrada y de forma general, se podría afirmar que nos encontramos ante un transtiempo caracterizado por la aceleración de la historia procedente de la revolución tecnológica en la que los descubrimientos se suceden sin pausas entre ellos en una concatenación de novedades técnicas que difícilmente puede llegar a asimilarse con la suficiente claridad por la mayoría de las personas. Los descubrimientos tecnológicos digitales se han convertido desde las últimas décadas hasta la actualidad en el soporte del sistema de vida de las sociedades modernas avanzadas y, como consecuencia de la globalización, de las cúpulas y zonas de influencias de los poderes políticos y económicos de los países poco desarrollados. De hecho, la irrupción de internet para uso generalizado en los años noventa del pasado siglo (aunque su origen se remonta a la década de los sesenta con fines militares) supuso un antes y un después en el modus vivendi de una gran mayoría de los habitantes del planeta, así como en el funcionamiento de las infraestructuras de comunicación convencional y digital y en sus múltiples aplicaciones en ámbitos tan importantes como la medicina, en la ejecución y resolución de una gran variedad de acciones pertenecientes a las esferas pública y privada o en el sistema financiero mundial con sus correlativas implicaciones de enorme trascendencia en la evolución y en el orden global. La World Wide Web (WWW), o red informática mundial, y todas sus herramientas y tecnologías colaterales, conjuntamente con otros nuevos avances como los aplicados en la industria e ingenierías, nos convierte en observadores y en coprotagonistas de una nueva etapa histórica sin precedentes en la que lo tecnológico nos rodea por doquier, permite el progreso y los innumerables beneficios derivados del mismo; pero, al mismo tiempo, se crean espacios de incertidumbre que conllevan la necesidad de formular planteamientos sobre qué riesgos entraña o puede acarrear desde el punto de vista humano este nuevo escenario, hacia dónde nos dirigimos y si son necesarios una regulación legal y un cuestionamiento ético encaminados a impedir la utilización desviada o maléfica de las nuevas tecnologías, como puede ser la propagación de las fake news que tanto daño vienen produciendo en las tendencias de opinión pública que no las ponen en tela de juicio: creencias falsas dentro de un marco de lucha de poderes políticos y económicos, encumbramiento de líderes mesiánicos de dudoso perfil ético cuya principal intencionalidad es el adoctrinamiento de masas en beneficio propio o de determinadas entidades o corporaciones; además del ataque frontal a los valores humanos mediante la integración (bien de forma inconsciente o bien como resultado de una manipulación) en los códigos de conductas sociales de actitudes y comportamientos violentos; o los innumerables casos de bullying sufridos por niños/as y adolescentes, de pedofilia y de intimidación y acoso  a otros sectores vulnerables de la población, entre otras situaciones. Todo lo cual requiere de un mayor control efectivo y real desde ámbitos legislativos, judiciales y policiales, e igualmente de la intervención de especialistas que desde los diferentes campos de la cultura, la educación y el pensamiento propugnen y transmitan ideas y valores humanos que contrarresten los modelos nocivos que con excesiva frecuencia dirigen el rumbo de la humanidad en esta era tecnológica y de internet.  

En este marco, nos encontramos en la actualidad con una literatura y, en concreto con una poesía, que en coexistencia con las tendencias tradicionales (no ceñidas de forma exclusiva a las formas clásicas), ha emergido y se transmite a través de webs, blogs y redes sociales. La tecnología digital permite una amplia posibilidad de acceder a contenidos, pero también de compartir creaciones poéticas con un número mayor de lectores/as y oyentes. La relación entre estos y los autores/as ha dado un vuelco en ese sentido y en ese contexto, permitiendo una democratización del hecho literario poético y otorgando de esta forma un mayor protagonismo social a la poesía respecto del que históricamente ha gozado, circunscrito a menudo a círculos reducidos por la especiales características de este género literario no siempre inteligible para gran parte de la población («a la minoría, siempre», dedicó Juan Ramón Jiménez su obra poética, consciente de esta realidad). Una democratización que, por otra parte, ha propiciado la aparición de un nutrido grupo de poetas jóvenes, pertenecientes a lo que se ha llamado la generación de los millenials, cuyas composiciones se difunden por las redes sociales ante un público de su misma franja etaria que comparte idénticas inquietudes. En palabras de Remedios Sánchez García, Catedrática de la Universidad de Granada, ensayista y crítica literaria, en su libro Así que pasen treinta años… Historia interna de la poesía española contemporánea (1950-2017), editado por Ediciones Akal en 2018:

la poesía española ha vivido en una constante confrontación entre la poesía clara y la más oscura, que trabaja en los entresijos del lenguaje, buscando sus límites para tratar de expandirlos. Y en esta situación de dualidad estética en España empiezan a dar sus primeros pasos los millenials, una generación de autores nacidos entre 1982 y 1994, que se acercan a lo literario con unos nuevos planteamientos, donde internet tiene un claro protagonismo, dado que son nativos digitales, siguiendo la terminología de Prensky[2]

Se trata de una generación[3] que ha convivido desde tempranas edades con el mundo digital y todas sus herramientas, así como con avances tecnológicos caracterizados por la importancia de la imagen virtual y por la inmediatez en la comunicación. Los teléfonos móviles, videojuegos, ordenadores, etc. han formado parte desde siempre del contexto de sus vidas como elementos indefectibles de las mismas, y esto se ha traducido, como en tantas expresiones artísticas, en una manera concreta de concebir la poesía a la hora de crearla e igualmente de leerla o escucharla. Para Remedios Sánchez esta generación no crea poesía «al modo canónico (la que se enseña en las aulas de Educación Secundaria, y que abarca desde las jarchas a la literatura de los años ochenta)»[4]. Cierto es que no todos los poetas nacidos en esa horquilla de tiempo se alejan del canon en sus composiciones, como es el caso de Pedro J. Plaza o de Jorge Villalobos, sino que la poesía tradicional al modo canónico se sigue escribiendo entre poetas jóvenes. Esa poesía tradicional no tiene por qué ser alambicada y, aunque lo fuere, no es la oscuridad o la claridad lo que otorga calidad literaria al poema sino más bien su capacidad de sublimación que puede alcanzarse tanto a través de recursos estilísticos tradicionales como mediante elementos novedosos obtenidos con las nuevas tecnologías, y esto hace compatible la coexistencia de ambas líneas de creación. En términos generales, la denominada poesía juvenil se caracteriza en palabras de Remedios Sánchez por el uso de «un lenguaje coloquial, directo y sin aparente preocupación métrica» mediante el que «se habla en primera persona principalmente de relaciones amorosas ambientadas en un contexto urbano»[5]; inquietudes que comparten sus numerosos followers (seguidores) o lectores/as de su misma generación. Nos encontramos ante una nueva realidad en la que muchos youtubers son poetas y a menudo los influencers ejercen de seudocríticos literarios a la hora de recomendar obras. Se trata, como especifica la citada autora, de «una poesía sin artificio ni estructuras profundas, directa y concisa, para arrastrar a un nuevo lector joven de entre 16 y 24 años, a un nuevo espectador (sus recitales son espectáculos, en muchas ocasiones rebosantes de música, imagen y voz)»[6]. Llegado a este punto, hay que tener en cuenta que, tal como defiende Francisco Morales Lomas, Catedrático de Lengua Castellana y Literatura y Profesor Titular de la Universidad de Málaga (además de poeta, narrador, dramaturgo, ensayista, columnista y crítico literario), en el segundo capítulo del libro Nuevas poéticas y redes sociales. Joven poesía española en la era digital (Editorial Siglo XXI de España, 2018), coordinado por Remedios Sánchez García, y que lleva por título “Subjetividad y humanidad en jóvenes poetas actuales. Hacia un nuevo paradigma”[7], no se puede generalizar respecto a la poesía de las nuevas generaciones que utilizan las redes sociales y las herramientas digitales en sus creaciones y difusión de las mismas, de tal manera que en esta era de internet nos encontramos igualmente con una poesía juvenil de calidad e interesante. Desde mi punto de vista, como en toda manifestación literaria y artística, siempre coexistirán niveles diferenciados de calidad poética, se utilice o no la tecnología  digital.

A la vista de todo ello, habría que formular las siguientes cuestiones: ¿todo lo que se transmite por las redes sociales con la inmediatez y espontaneidad que propicia el mundo digital, con características rupturistas y novedosas, y que se da por creación poética, es realmente poesía?, ¿todo lo novedoso responde a un estándar de calidad literaria?, ¿se está produciendo una banalización de la poesía debida a la proliferación de creaciones intranscendentes desde el punto de vista literario (que no canónico) movidas en los medios digitales? Y, por otra parte, si como se está viendo en los  últimos tiempos, el afán lucrativo de ciertas editoriales aprovecha el elevado número de seguidores en redes sociales de determinados autores o autoras de esa generación para asegurarse un nivel de ventas de ejemplares considerable mediante la concesión de premios literarios a los mismos o a través de la publicidad, con independencia de la calidad literaria de sus obras, ¿podemos considerar que la poesía se está mercantilizando excesivamente en detrimento de la misma? Y, en consecuencia, ¿es reprobable, desde un punto de vista ético, que el aspecto mercantil de un género literario tan excelso como siempre ha sido el lírico cobre tal dimensión que llegue a mermar las virtudes expresivas y creativas que siempre lo han caracterizado, relegando de esta forma un tipo de manifestación de la esencialidad del ser humano a mero instrumento material con fines de lucro?

Con independencia del riesgo de instrumentalizar la poesía para convertirla en otro objeto más de consumo con menoscabo de las cualidades literarias intrínsecas obtenidas bien mediante recursos tradicionales bien a través de elementos novedosos traídos gracias a las tecnologías visuales y digitales, lo cierto es que cuando se prioriza una excesiva mercantilización de la creación poética aumentan las probabilidades de que esta pueda derivar en otro producto, sucedáneo de lo que debiera ser. La falta de ética no se origina en esos casos concretos por la ruptura con la tradición literaria ni por las aportaciones novedosas que, al igual que en las vanguardias del pasado siglo, pueden producir y producen resultados creativos interesantes, sino que el cuestionamiento moral hay que situarlo en el hecho de que a menudo se presente una creación como poética (entendida como manifestación de un género literario elevado) cuando en realidad podría pertenecer, por ejemplo, a un subgénero (como es la “poesía juvenil”[8], en términos de Remedios Sánchez), al rap o a otro tipo de expresión artística, y que detrás de ello no existan más que fines lucrativos o de protagonismo social, lo cual implica una impostura; es decir una absoluta falta a la verdad que, a fuerza de producirse a diario al igual que en múltiples ámbitos, se da por válida y se integra en las formas de actuación con total normalidad sin ningún tipo de cuestionamiento ético.

La situación se ha complicado aún más con la irrupción desde no hace mucho de la Inteligencia Artificial (IA). Es palmario el hecho de que este avance tecnológico aporta innumerables beneficios a la sociedad en general. El abanico de posibilidades que ofrecen sus herramientas en diferentes campos es de gran relevancia, como pueden ser sus aplicaciones en la medicina, las ingenierías o la investigación en sus diferentes proyecciones. Una de las vertientes de la IA es la denominada Inteligencia Artificial Generativa cuya principal característica es la de crear contenidos a partir de bases de datos ya existentes mediante la utilización y combinación de algoritmos y ello, indiscutiblemente, constituye un paso más (y de enjundia) en la revolución de las nuevas tecnologías en beneficio del progreso mundial. Sin embargo, no hay que olvidar que todo tiene también su envés.

Un claro ejemplo lo tenemos en el campo de la creación artística y literaria (y por extensión en lo que concierne a la poesía), en donde la utilización de la IA Generativa provoca la necesidad de replanteamientos legales y éticos por las implicaciones que conlleva. Existe una justificada inquietud entre los escritores y traductores, no solo españoles sino también europeos y de otros países, ante las vulneraciones del derecho a la propiedad intelectual como consecuencia del uso indiscriminado y no remunerado de sus obras a través de las herramientas que esta nueva tecnología permite. En este sentido se viene manifestando la Conferencia de Asociaciones de Escritoras y Escritores, a la que pertenecen 15 organizaciones de autores y alrededor de 10.000 creadores literarios, y de la que forma parte la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE). El 1 de octubre del año en curso esta última entidad ha publicado una declaración propia en su página web dentro de la cual se pronuncia en los siguientes términos:

En los últimos años, el desarrollo de la IAG está sentando las bases de una nueva forma de explotación de nuestras creaciones que afecta al contrato social del conjunto de los ciudadanos, utilizando métodos y prácticas no sujetas a ningún principio salvo el beneficio económico, en algunos casos próximas al saqueo masivo de contenidos sujetos a la legislación arriba mencionada, cuyo uso y efectos en el futuro no solo los autores sino todos nosotros ignoramos.

Por ello, exigimos que todos los sectores asuman la imprescindible necesidad de un firme compromiso de salvaguardar nuestros intereses como creadores y respetar el producto de nuestro trabajo, base fundamental del tejido cultural y de la industria que lo sustenta y de la Ley de IA de la Unión Europea, primera normativa supranacional que, aunque de modo todavía insuficiente, ha comenzado a contemplarlo[9].

La preocupación que entre los/as escritores/as y traductores/as está provocando esta situación está movilizando a buena parte del sector de la escritura. En la citada web de la Asociación Colegial de Escritores de España, con fecha 11 de septiembre de 2024, se ha publicado el «Decálogo del Consejo Europeo de Escritores (EWC) sobre inteligencia artificial generativa (IAG) y derechos de autor», cuyo objetivo es que las herramientas proporcionadas por esta tecnología sean utilizadas dentro de la ética y la legalidad. A continuación reproduzco el último punto del citado decálogo porque sintetiza la resolución de la problemática en cuestión desde ese doble enfoque:

10. COMPROMISO

Todos deben ser conscientes de sus responsabilidades éticas. Trabajar juntos por un «código de tráfico de IA e IP» y regulaciones para un futuro justo, ético y regulado con IA generativa protege el poder de la innovación y evita la interrupción de la cultura y la creatividad humana[10].

 

Asimismo, el desarrollo de la IA Generativa permite que un determinado software pueda “crear” poemas, novelas, música y arte en general utilizando una ingente cantidad de datos existentes mediante algoritmos que actúan como redes neuronales artificiales con capacidad de aprendizaje. En un artículo de Andrés Guadamuz, profesor titular de Derecho de Propiedad Intelectual de la Universidad de Sussex (Reino Unido), titulado «La inteligencia artificial y el derecho de autor», publicado en octubre de 2017 en OMPI Revista[11], expresa que este tipo de creaciones a través de la IAG «podría tener implicaciones muy importantes para el derecho de autor»[12]. Y señala como ejemplo un retrato titulado «El nuevo Rembrandt» que la IAG produjo en 2016 por iniciativa de un grupo de museos e investigadores de los Países Bajos a partir del análisis realizado por algoritmos sobre numerosas obras del pintor neerlandés. Igualmente, en el mismo año, un programa informático japonés creó una novela corta que estuvo a punto de obtener un premio literario nacional[13]. A pesar de que Guadamuz deja abierta cierta ambigüedad en esta materia, lo cierto es que al mismo tiempo reconoce que «la legislación de muchos países no es favorable al derecho de autor que no se aplica al ser humano»[14] y menciona como ejemplo la jurisprudencia existente hasta esa fecha en Estados Unidos, según la cual solo se puede proteger «el fruto del trabajo intelectual» que «se basa en el poder creativo de la mente». La misma posición se mantiene en Europa, en donde el Tribunal de Justicia de la Unión Europea defiende que el derecho de autor solo puede aplicarse a las obras originales, las cuales vienen determinadas por la «creación intelectual propia del autor»; es decir, que para que una obra esté protegida por el derecho de autor este tiene que ser humano[15].

Este derecho, como se ha visto, no solo se pone en riesgo mediante la utilización (descargas, lecturas, consultas, etc.) de obras o creaciones sin que sus autores perciban remuneración alguna ni sean citados, sino también con el uso descontrolado de fragmentos, microfragmentos o rasgos identitarios de esas creaciones que los algoritmos de la IAG convierten en otra supuesta obra, dada como original, y cuya autoría se atribuye al usuario que indica determinados parámetros a una red neuronal artificial o, lo que es lo mismo, a una máquina. En este sentido, ¿estamos ante lo que Ortega denominó una «deshumanización del arte» pero desde otra óptica? Si su planteamiento partía del alejamiento de la creación artística (y, por tanto, poética) de las vanguardias del primer tercio del siglo XX respecto de la sociedad en general al tratarse, como hemos indicado antes, de estéticas intrincadas y poco accesibles al conocimiento de una mayoría de personas, la deshumanización del arte (y de la poesía) procede en la actualidad de otro hecho muy diferente que no concierne a la novedad estética ni al tema de la obra, sino a la forma en que se crea, su procedencia y, consecuentemente, a la autoría de la creación. La obra “creada” mediante la introducción de indicaciones en un software carece de la pulsión que está estrechamente relacionada con algo tan esencial como son las emociones propias del ser humano. La IAG no actúa como instrumento mediante el cual se canaliza esa emoción que deriva en poesía, como lo hace un bolígrafo o el teclado de un ordenador, sino que actúa autónomamente a partir de unos parámetros introducidos por un usuario; parámetros que lo que permiten es rediseñar emulando lo ya creado, pero nunca transmitiendo directamente la emoción que debe proceder del interior del cerebro humano, concretamente del sistema límbico, y que adquiere forma estética al llegar desde este al neocórtex (en donde se procesa la racionalidad) mediante la interrelación de ambas zonas. Que una máquina sustituya la creatividad del ser humano implica relegarlo a un lugar muy secundario ajeno a su propia naturaleza, lo cual plantea un problema ético de envergadura porque desde el punto de vista humanista habría que entender que la persona tiene que dirigir, desde sí misma, su vida y sus propias creaciones. La máquina (IAG) puede producir seudopoesía, pero nunca crear poesía. Y esto es extensivo al arte en general. Por tanto, además de la necesidad de una mayor regulación al respecto que cubra las lagunas legales existentes en la actualidad como consecuencia de la rapidez con la que estas tecnologías han emergido y de abordar su puesta en práctica para garantizar la efectividad de su cumplimiento, es imprescindible formular planteamientos desde una posición ética y humanista que se transmitan a una sociedad un tanto desinformada y desconcertada ante las continuas innovaciones técnicas que irrumpen abruptamente y que determinan, no solo la manera de gestionar la vida de las personas, sino también el arte y la creación literaria cuyos basamentos primordiales quedan al descubierto por fines ajenos a la misma. La máquina nunca podrá suplantar al ser humano en la creatividad porque, de lo contrario, se difuminaría el horizonte de la naturaleza de este, de la cual son intrínsecos los valores humanos como son la defensa de la identidad del ser, la verdad frente a la impostura o las necesarias fraternidad y justicia que frenen un materialismo depredador que de manera persistente busca los resquicios para imponerse y desestabilizar el rumbo de un mundo que se está viendo caótico en muchos frentes.

Como ha afirmado Sergio Barbero Briones, investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en un artículo referido a Max Born y la responsabilidad ética de la ciencia y de su aplicación tecnológica:

 

La influencia que la ciencia y la tecnología ejercen sobre nuestras vidas es cada vez más notable. Por ello es fundamental que quienes trabajan en ciencia asuman unos principios éticos. A pesar de esta acuciante necesidad muchas son las carencias de la praxis deontológica en ciencia. De ahí que el testimonio histórico de quienes guiaron su vida por unos criterios éticos sea de inestimable valía en los tiempos actuales[16].

En el citado artículo resalta la figura de Max Born, Premio Nobel de Física en 1954 otorgado por sus estudios sobre la física cuántica y uno de los once científicos firmantes del Manifiesto Russell-Einstein de 1955, que en plena Guerra Fría alertaba del peligro que suponía (y supone también en la actualidad) para la supervivencia de la especie humana la proliferación del armamento nuclear derivado de los avances tecnológicos. Si bien el citado Manifiesto hay que contextualizarlo en una época de enorme tensión bélica, política y económica mundial y que fue gestándose a partir del lanzamiento de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki en 1945, llama la atención una de las frases del mismo en la medida en que un grupo de científicos entendía el progreso de la ciencia vinculado siempre al de humanidad. La referida frase dice: «Tenemos ante nosotros, si queremos, un progreso continuo en felicidad, conocimiento y sabiduría. (…) Hacemos un llamamiento como seres humanos a los seres humanos: recuerda tu humanidad, y olvídate del resto»[17]

Barbero Briones, que además de investigador ha sido biógrafo de Max Born, subraya cómo este propugnaba la defensa de la ética en los avances científico-técnicos. Una de las frases de Born que ha trascendido dice: «El amor es un poder tan fuerte como el átomo».

 Al final de su vida, Born escribió la siguiente reflexión que es extensiva al análisis que nos ocupa en relación con la aplicación de la IA Generativa:

Pudiera ser que los horrores políticos y militares así como el total derrumbamiento de la ética, de todo lo cual he sido testigo a lo largo de mi vida, no sean el síntoma de una debilidad social pasajera, sino una consecuencia necesaria del desarrollo de la ciencia natural, la cual en sí es uno de los mayores logros intelectuales de la humanidad. Si verdaderamente esto es así, entonces el hombre como ser libre y responsable, está acabado. Si la raza humana no desaparece a causa de una guerra con armas nucleares, degenerará hasta ser una manada de criaturas obtusas y tontas bajo la tiranía de dictadores, que la dominarán con ayuda de máquinas y computadoras electrónicas[18].

Que la IA Generativa y todos los avances científico-técnicos que se están produciendo ofrecen innumerables ventajas para el progreso de la humanidad es indiscutible, pero nunca deberíamos alejarnos de la perspectiva ética y humanista en su implementación en la sociedad, de la misma manera que lo hizo científicos de la altura de Max Born o de Einstein. Por ello, deseo concluir este análisis con lo que Sergio Barbero Briones ha expresado sobre el primero de ellos:

Más allá de sus contribuciones al conocimiento científico, su vida es un testimonio inestimable de la importancia del sentido y el sentimiento ético en el quehacer científico y, por ende, humano. Hombres como Born, o su admirado y querido Einstein, no solo transformaron la forma de entender la naturaleza, sino también los valores éticos que acompañan a la ciencia[19].

En definitiva, la creación poética y literaria, como la creación artística en general, no puede ser objeto de intereses de toda índole que por un lado la banalicen y por otro la conviertan en un producto más de consumo utilizado indiscriminadamente mediante las nuevas tecnologías sin el consentimiento de su autor/a y, por tanto, con el menosprecio hacia el trabajo creativo e intelectual de este/a. Ni tampoco debería aplicarse el desarrollo tecnológico como la IA Generativa (con independencia de los innumerables beneficios que proporciona) con el fin de llevar a cabo sin una regulación efectiva una suplantación de la creatividad y de la capacidad intelectual del ser humano porque, en ese caso, quedaría en entredicho la supremacía de este sobre la máquina. Razón por la cual, desde una posición humanista, hay que recordar lo que el Manifiesto Russell-Einstein sintetizó en aquella frase dirigida a todos los habitantes del planeta y que, aun emitida en otro contexto histórico, sigue siendo de actualidad: «recuerda tu humanidad, y olvídate del resto».



[1] Las denominaciones exactas de ambas jornadas son: “Reflexiones sobre el hecho literario. La poesía en estos nuevos tiempos y transtiempos”, del día 19 de septiembre de 2024, y “Reflexiones sobre el hecho literario. La poesía en estos nuevos tiempos tecnológicos”, del día 26 del mismo mes y año.  

 [2] SÁNCHEZ GARCÍA, REMEDIOS. Así que pasen treinta años… Historia interna de la poesía española contemporánea (1950-2017), Madrid, Ediciones Akal, 2018, p. 201.

 [3] Entiendo que, dado el año de publicación de la obra de Remedios Sánchez (2018), la horquilla comprendida entre 1982 y 1994 señalada por ella como periodo en el que ha nacido la generación de los millenials habría que ampliarla a fechas posteriores.

 [4]SÁNCHEZ, R. (2018): Así que pasen treinta años… Historia interna de la poesía española contemporánea (1950-2017), Madrid, Ediciones Akal, p. 203.

 [5] Ibid., p. 205

 [6] Ibid., p. 209

 [7] MORALES LOMAS, FRANCISCO (2018). “Subjetividad y humanidad en jóvenes poetas actuales. Hacia un nuevo paradigma”. En SÁNCHEZ GARCÍA, R., GARCÍA MONTERO, L., MORALES LOMAS, F. Y OTROS AUTORES, Nuevas poéticas y redes sociales. Joven poesía española en la era digital, Editorial Siglo XXI de España, 2018 pp. 31-48.

 [8] Remedios Sánchez García expone en la obra citada (p. 211) que el debate surgido sobre este tipo de poesía no habría tenido lugar si el mercado no hubiera legitimado canónicamente este tipo de creación y, en cambio, la hubiera catalogado desde el principio como un subgénero: el de la poesía juvenil.

 [9] ASOCIACIÓN COLEGIAL DE ESCRITORES DE ESPAÑA (ACE). “Escritores y traductores demandan a gobierno y empresas un uso de la IAG que respete los derechos de autor”. Publicado en la web de ACE el 1/10/2024.

Recuperado desde: https://www.acescritores.com/escritores-y-traductores-demandan-a-gobierno-y-empresas-un-uso-de-la-iag-que-respete-los-derechos-de-autor/

 [10] ASOCIACIÓN COLEGIAL DE ESCRITORES DE ESPAÑA (ACE). Decálogo del Consejo Europeo de Escritores (EWC) sobre inteligencia artificial generativa (IAG) y derechos de autor”. Publicado en la web de ACE el 11/09/2024.

Recuperado desde: https://www.acescritores.com/decalogo-del-consejo-europeo-de-escritores-ewc-sobre-inteligencia-artificial-generativa-iagy-derechos-de-autor/

 [11] OMPI son las siglas de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, organismo dependiente de las Naciones Unidas que presta servicios para la promoción y la protección de la propiedad intelectual.

 [12] GUADAMUZ, ANDRÉS. “La inteligencia artificial y el derecho de autor”, en OMPIRevista,  octubre de 2017.

 [14] Id.

 [15] Id.

 [16] BARBERO BRIONES, SERGIO. “Max Born: la responsabilidad ética de la ciencia”, publicado el 21/09/2016  en “Ciencia para llevar- El blog del CSIC”.

Recuperado de: https://www.20minutos.es/ciencia/blogs/ciencia-para-llevar-csic/max-born-responsabilidad-etica-ciencia-5598264/

 [17] El Manifiesto Russell-Einstein fue redactado por Beltrán Russell y firmado en 1955 por él y por Einstein pocos días antes de fallecer este, así como por nueve científicos más. Se publicó en Londres por Pugwash Conferences on Science and World Affairs (institución fundada en 1957 y que recibió el Premio Nobel en 1995).

  [18] BORN, M. y BORN, H. (1971). Ciencia y conciencia en la era atómica. Barcelona: Alianza, p. 71. Apud Revista Scholé - Tiempo libre. Tiempo de estudio (núm. 04, abril 2020): “Max Born. Reflexiones de un físico” (ISEP-Instituto Superior de Estudios Pedagógicos Argentina).

[19] BARBERO BRIONES, SERGIO. “Max Born, el hombre que hizo a Dios jugar a los dados”, en Revista Española de Física (publicada por Real Sociedad  Española de Física) , abril-junio 2018, 32-2, p. 64

 



 




 

sábado, 2 de noviembre de 2024

ENTRE LO ÍNTIMO Y EL MUNDO: BILINGUAL ANTHOLOGY, DE FRANCISCO MUÑOZ SOLER

 





Bilingual Anthology (Anáfora Editorial, 2024) es una antología poética bilingüe español-inglés de Francisco Muñoz Soler, que abarca una selección de poemas desde 1978 al año 2023, traducidos por María Postigo.

Tuve el placer de presentar el libro en el mes de septiembre del año en curso en la biblioteca Cánovas del Castillo del Centro Cultural María Victoria Atencia. El texto que escribí para la presentación constituye un artículo o crítica literaria sobre el libro, y ha sido publicado posteriormente en la revista Café Montaigne, así como en la web de ACE-A y en BECA (Biblioteca de Escritoras/es Andaluces). Él la ha incluido en su web personal.

Reproduzco el texto:

ENTRE LO ÍNTIMO Y EL MUNDO

Crítica literaria sobre el libro de poesía BILINGUAL ANTHOLOGY (Anáfora Editorial, 2024), de Francisco Muñoz Soler

Por Fuensanta Martín Quero

  

Francisco Muñoz Soler es un poeta malagueño prolífico y de proyección internacional dado que cuenta en su haber con cerca de treinta libros de poesía publicados en quince países (España, Estados Unidos, México, Cuba, India, Italia, Suecia, etc.) y ha participado en múltiples eventos de diferentes lugares del mundo entre festivales internacionales de poesía, de literatura, ferias del libro, presentaciones y congresos. Además, su obra ha sido traducida a diecisiete idiomas.

Como gestor cultural, ha sido organizador en Málaga del Ciclo Poético Plenilunio y El Escarabajo de Oro, de relatos, así como coordinador del Ciclo Voces Compartidas, promovido por la Asociación Colegial de Escritores, Delegación de Málaga.

Ha publicado en más de 100 revistas literarias.

Su último libro, BILINGUAL ANTHOLOGY (Anáfora Editorial, 2024), constituye una selección antológica bilingüe español-inglés de la obra de Francisco Muñoz Soler, con un total de 126 textos entre poemas y prosas poéticas publicados entre 1978 y 2023. La traducción al inglés se ha realizado por María Postigo.

Adentrándonos en el libro, de la lectura del mismo lo primero que llama la atención es la insistente aparición del vocablo ‘vida’. La significación global de la obra de Francisco Muñoz Soler gira en torno a la relación del concepto vida con otros de universal expresión poética. Concretamente, aparece con frecuencia una contraposición entre vida y muerte, pero también entre vida y falta de libertad, vida e injusticias o, como él mismo expresa, entre vida y «no vida». Por tanto, el eje sobre el que gira su mirada poética es ese concepto, tanto si el sujeto poético se manifiesta en primera persona como si no lo hace.

Dijo en cierta ocasión Rafael Alberti que no se es mejor poeta por claro, pero tampoco por oscuro. No es la oscuridad, sino la transparencia lo que caracteriza esta obra, si bien se trata de una transparencia expresada mediante un lenguaje sutilmente emotivo a veces y en otras ocasiones desgarrador,  siempre dotado de lirismo. Ambos rasgos (claridad y lirismo) lo acercan directamente al lector o lectora, así como los temas que aborda por el carácter universal de los mismos. Por otra parte, a lo largo del libro recurre a una ingente cantidad de citas de autores y autoras reconocidos que preceden a buena parte de los poemas. El versolibrismo, bien ejecutado en cuanto a la cadencia interior que lo sustenta, además de la prosa poética como forma adoptada sobre todo a partir de 2017, también caracterizan esta obra.

Partiendo de esa percepción expresada con nitidez sobre la vida, el sujeto poético es plenamente consciente de la finitud del ser humano. Esto le lleva a plantearse con frecuencia la razón del vivir y cuáles son los enigmas de la muerte y de lo que puede haber después de esta. Sin embargo, casi todas sus composiciones concluyen en una línea ascendente hacia la esperanza y un canto al presente y al gozo de estar vivos, de tal manera que la vida se presenta enfrentada a la muerte de forma victoriosa por cuanto de real tiene en el instante presente. «Pero mientras aquí estemos, vivamos, vivamos de verdad», expresa el poeta en uno de los versos.

En el libro se desarrolla un planteamiento existencial que parte de esa idea de finitud. Desde esa óptica, Francisco Muñoz Soler pretende retener en algunos poemas el amor al padre ausente y el amor a su hijo. En la composición titulada «En mis manos una fotografía con mi padre y mi hijo», de 2002, afloran la añoranza y el vacío vital que la ausencia del primero produce en el autor. Ambas figuras, padre e hijo, constituyen parte esencial de su vida y, a su vez, la representación del pasado y del futuro respectivamente y, por tanto, una sucesión en la línea vital que no concluye con la muerte del primero. La persona de su padre es rememorada o bien realzada en otros poemas, por ejemplo en el titulado «Me quedo con el beso que me dio mi padre», que escribió días antes de su pérdida. Se trata de una composición escrita con tono elegíaco pero centrada en el amor hacia su progenitor y el recuerdo bello de él, reflejo de ese hálito vital esperanzador y optimista al que me refería antes. Por otra parte, igualmente el amor paternal del autor es expresado en versos como los del poema «Te palpo en la esencia de tu madre», del año 1999, en el que dirigiéndose al hijo concebido y no nacido aún dice de forma sublime: «Te acaricio con cariño, con la esperanza/de transmitirte vibraciones de amor/por el canal que para ti he abierto/desde mi corazón hasta el final del tacto».

Dentro de ese marco intimista y en relación con lo anterior, el sujeto poético es consciente del paso del tiempo y recuerda el pasado, la niñez y a las personas ausentes. Por ello siente una profunda necesidad de abarcar la plenitud de la vida a través de una búsqueda incesante de sí mismo y, como expresa en un verso, también de lo «hermoso, lo noble, lo magnífico». El poeta toma conciencia de la fragilidad del ser humano en el universo y recurre a menudo al autoconocimiento como vía para alcanzar la plenitud en un tiempo finito. A través de la introspección se realiza una búsqueda de la paz interior, de sí mismo y de la vida gozosa frente a lo que él denomina la «no vida».

Si los conceptos vida y muerte dan lugar a planteamientos internos del autor, el amor constituye el tercer pilar fundamental del conjunto de poemas intimistas de este libro, completando de esta forma los tres grandes ejes en los que se resume la literatura universal (vida, muerte y amor), que Miguel Hernández expresó de manera inigualable en su poema «Llegó con tres heridas». En un claro elogio del amor dice Muñoz Soler: «es insoportable tener el corazón hueco».

Además del amor como hijo y como padre ya referido anteriormente, en los poemas seleccionados en este libro correspondientes al año 2011 es el amor pasional el tema central de los mismos. La ausencia de amor o de la persona amada provoca un vacío en el sujeto poético, pero por otra parte también aflora el recuerdo de momentos placenteros. De hecho, en una bella prosa poética de 2023 el deseo carnal se erige en dominador de la persona como algo ineludible, y sobre el mismo dice su autor: «desaparecen las reglas, en las que se basa el mundo, todo gira alrededor de ese punto de ignición en el que se estremece cuanto eres: ardes en la luz del deseo». Los momentos de sensualidad e, incluso, de erotismo expresado poéticamente son rememorados en «Vuelvo a la memoria de tu cuerpo». En el poema «Corpórea sonoridad del silencio», en cuyo título encontramos una clara antítesis y paradoja entre los vocablos ‘sonoridad’ y ‘silencio’, se nos presenta un sujeto poético anhelante ante la distancia del ser amado. Se trata de un anhelo silencioso, un amor no correspondido o en silencio, de ahí esa paradoja expresada en el título para acentuar la intensidad de la emoción interna no manifestada. En otras ocasiones siente una «pulsión de desdicha» en «días de senderos aciagos» ante la frialdad de la persona amada, o bien una necesidad de «renacer en otros ojos, bálsamo de desamparo», como expresa el autor en el poema «Caer, volver, soñarme y que me sueñen», título traído de un verso del poema «Piedra de sol», de Octavio Paz.

Cabe señalar que a lo largo del libro se alternan el intimismo y la poesía de carácter social. De hecho estos son los dos bloques temáticos principales que lo conforman. Del primero ya he señalado los aspectos fundamentales. Respecto al segundo, hay que resaltar que existe un discurso social en muchas de las composiciones de esta antología a favor de los más desfavorecidos de este mundo y una crítica sobre la pasividad existente ante las injusticias. La contraposición opresor/oprimido aparece con frecuencia en los versos. En el poema «Atenazado», escrito en 1982, el poeta ya es consciente de que la juventud (la suya) se va marchando en mitad de la «alienación de la sociedad», tal como él expresa. Esta perspectiva la irá plasmando a lo largo de su obra poética posterior que aparece en el libro. Muñoz Soler utiliza el lenguaje poético adrede para transmitir al mundo una visión desoladora de la humanidad por cuanto de injusticias se engendran dentro de ella, y entiende desde una posición humanista que precisamente la palabra, y concretamente la poética por la visión lúcida, profunda y cosmogónica que transmite, debe ser vehículo por medio del cual se airee con actitud crítica las aberraciones contra natura y contra la vida que aquejan a una buena parte de los seres humanos. El poeta no puede permanecer indiferente ante el mal, y la poesía tiene un sentido similar al expresado por Gabriel Celaya como «arma cargada de futuro», razón por la cual a menudo hace un llamamiento, tanto expreso como tácito, a los poetas para tal fin. El autor contrapone la poesía frente al consumismo y al «adormecimiento» del ser humano; asimismo, se conmociona ante la pena y el sufrimiento ajenos y critica a los que permanecen indiferentes y solo atienden a la codicia y a la satisfacción de su propio ego. Mediante un lenguaje poético desnudo, emotivo e intenso, defiende la libertad frente a los opresores y concibe la poesía como un medio de reavivar conciencias e impulsar el amor y la compasión dirigiendo de esta forma una mirada a la otredad. Su percepción crítica y humanista se intensifica cuando pone el foco de atención en la muerte de miles de niños por inanición, la hambruna, la pobreza, la opulencia generadora de la misma, la barbarie, los refugiados, la represión y la ausencia de libertad, la homofobia, la insolidaridad, el sufrimiento de los migrantes, la violencia, la guerra y la posguerra e, igualmente, los hechos que provocan el cambio climático. Pero, además, en composiciones del año 2023 no duda en defender la libertad de la mujer con mensajes claramente feministas. «Mi vida es un derecho innegociable» es el título de una de las prosas poéticas en la que pone de manifiesto la libertad de decidir de la mujer sobre su propio cuerpo. La mujer no es «sinónimo de ser vasija reproductora, sin ningún derecho sobre su vida y su cuerpo», dice en el citado texto. Pese a todo ello, la desazón del poeta se transmuta en esperanza al final de cada composición transmitiendo la idea de que el bien siempre se superpondrá al mal al tiempo que expone su vocación de defensa de la alegría. Por otra parte, concibe el poder de la imaginación a través de la palabra como vía de escape poderosa que permite visualizar el orden natural y justo en el que la humanidad debería fraguarse. Los sueños, entendidos así, constituyen un detonante de la no sumisión.

El concepto de libertad es traído a menudo en el libro desde diferentes ángulos: la libertad de expresión, la libertad de hacer frente a la represión y la libertad en cuanto a la fe se refiere. Respecto a esta última, afloran pensamientos filosóficos sobre la certeza de los dogmas: «porque la certeza es la incertidumbre», expresa el autor con una potente paradoja. La religión es concebida por él como forma de sometimiento. El planteamiento sobre la fe surge en poemas como el titulado «AMÉN», en el que desde una conciencia crítica se concibe esta dentro de un dogmatismo con reglas férreas y, en consecuencia, como imposición y forma de sometimiento de los que la siguen. Entendida así, la fe se contrapone al hecho de estar al servicio de los demás y del mundo. Esta concepción se concreta aún más en el poema «Solo puedo creer», en el que se expresa la aceptación de la creencia en
Dios si esta hace libre a las personas. Para el autor ni la fe ni la religión pueden asfixiar la libertad del ser humano porque constituye eje fundamental de su existencia.

Entre los poemas de carácter social de esta antología, deseo resaltar dos de ellos por sus peculiaridades. El primero, titulado «La aurora», data de 2009 y está a su vez subdividido en dos composiciones o partes: «I. La aurora en la Bahía Hudson» y «II. Aurora en la desembocadura del río Hudson». Realmente se trata de dos poemas diferenciados pero agrupados como partes por la interrelación que guardan entre ellos. Se contraponen el cielo observado por el sujeto poético en el primer poema y el final del cauce del río en el segundo; es decir, el binomio vida y muerte desarrollado a lo largo de la obra de Muñoz Soler es expresado aquí de forma simbólica mediante dos poemas con significaciones contrarias a través de la metaforización del amanecer como inicio vital, por una parte,  y de la desembocadura del río como final de la vida, por otra.

Cabe resaltar la alta calidad lírica de ambos, con gran riqueza de imágenes y un lenguaje poético muy intuitivo, razón por la cual es mi deseo mencionarlos. El primero de los citados es descriptivo del amanecer en la Bahía de Hudson y la emoción evocada en el sujeto poético, un alba purificador y bello cuyo equilibrio guía «con su cotidiana experiencia los silencios/de la oscura claridad del paraíso del crepúsculo», dirá el poeta en la última estrofa. El amanecer es percibido como «hálitos de vida», en contraposición con el segundo de los poemas en el que la desembocadura del río constituye, como hemos indicado, una metáfora del final de la vida en el mismo sentido simbólico ya expresado por autores como Jorge Manrique y Antonio Machado. Este segundo texto es descriptivo de la ciudad, antítesis de naturaleza; la urbe, con sus prisas, su cotidianidad, sus leyes y sus angustias, pero también con la pobreza, el hambre de la periferia y la falta de esperanza ante ese turbio panorama, recordándonos con ello el poema de García Lorca «Navidad en el Hudson» de su libro Poeta en Nueva York, en el que en varios versos dice: «He pasado toda la noche en los andamios de los arrabales/dejándome la sangre por la escayola de los proyectos,/ayudando a los marineros a recoger las velas desgarradas./Y estoy con las manos vacías en el rumor de la desembocadura». De hecho, esta doble composición de Muñoz Soler viene precedida por una cita del insigne poeta granadino correspondiente a su poema «La aurora» del libro citado que, con similar tono desesperanzado, dice: «La aurora llega y nadie la recibe en su boca/porque allí no hay mañana ni esperanza posible».

Por otra parte, las referencias a Málaga, su ciudad natal, se producen de manera nítida en varias composiciones como la titulada «Málaga» o «Huérfano en la Ciudad del Paraíso» en donde se rememora a Vicente Aleixandre aludiendo al poema que le dedicó a esta ciudad y en el que la exalta de forma sublime, de tal manera que el hecho de que el sujeto poético se adentre en esos versos alivia en él el sentimiento de nostalgia de momentos amorosos pasados. Asimismo, cabe resaltar una tercera composición donde la capital malagueña es traída por el poeta a partir de un hecho histórico trágico que fue el conocido como «La Desbandá». Concretamente, en la prosa poética «En la somnolencia de la tarde» el autor menciona a través de la madre anciana la huida de miles de personas desde Málaga hacia Almería por la carretera que unía ambas ciudades en plena Guerra Civil, siendo ella una de las niñas que formaban parte de esa población desesperada ante la masacre y el terror provocados por los bombardeos procedentes de los barcos que lanzaban, en palabras de Muñoz Soler, «señales de muerte».

Con todo lo expuesto, cabe concluir que Bilingual Anthology, de Francisco Muñoz Soler, constituye una magnífica antología de poemas de base existencialista en la que el ser humano es protagonista desde el espacio de la intimidad pero también como ser social que forma parte del conjunto de la humanidad. Un libro cercano por su transparencia y por su lirismo, por su ritmo interno y por abordar emociones y pensamientos universales, y caracterizado por ofrecer una mirada interior pero también hacia la otredad, con una constante preocupación hacia el sufrimiento ajeno,  la falta de libertad y la sinrazón de los males que atenazan al mundo. Con ese doble enfoque, profundamente intimista y manifiestamente humanista, nos encontramos con una poesía de vocación globalizadora por su contenido y dotada de una bella expresividad lírica, transparente y precisa, cuya raíz se encuentra en un discurso reflexivo y emocional procedente de la extraordinaria autenticidad de su autor. La circularidad de este libro viene reflejada en el último poema del mismo, titulado «He nacido», en el que de forma concluyente Francisco Muñoz Soler dice volviendo al concepto vida y la búsqueda de su sentido: «He nacido para cuestionarme la esencia de la vida, posiblemente/Dios me dé una reprimenda,/pero si no lo hago, qué sentido tiene nacer.»

 

 

 


INTUICIÓN Y BÚSQUEDA: DESDE ESTA ORILLA/VON DIESEM UFER, de Alice Wagner



Desde esta orilla/Von diesem ufer (Libros ENCASA. EDICIONES Y PUBLICACIONES, 2022) es el último libro de poesía de Alice Wagner. Con el nombre que aparece en la entrada he titulado la crítica literaria que he escrito sobre el mismo y que se ha publicado en:

1) La revista Café Montaigne, el 18 de mayo de 2024:

 https://cafemontaigne.com/intuicion-y-busqueda-a-proposito-de-desde-esta-orilla-vom-diesem-ufer-de-alice-wagner-una-resena-de-fuensanta-martin-quero/critica-literaria/admin/

2) La revista República de las Letras, de la Asociación Colegial de Escritores de España, con fecha 30 de mayo de 2024:

https://republicadelasletras.acescritores.com/2024/05/30/la-intuicion-y-busqueda-de-alice-wagner/desde-esta-orilla-alice-wagner/

3)En la web de ACE, Sección de Andalucía: https://www.aceandalucia.es/intuicion-y-busqueda/

4)En BECA (Biblioteca de Escritoras/es Andaluces):

https://www.bibliotecaescritoresandaluces.com/intuicion-y-busqueda/

A continuación reproduzco la crítica literaria:

INTUICIÓN Y BÚSQUEDA:

DESDE ESTA ORILLA/VON DIESEM UFER, de Alice Wagner

Por Fuensanta Martín Quero

 

En una edición bilingüe español-alemán, cuya portada viene ilustrada por una bella pintura de la propia autora del libro, Desde esta orilla/Von diesem ufer (Libros ENCASA. EDICIONES Y PUBLICACIONES, 2022), Alice Wagner nos ofrece un conjunto de cincuenta y cinco poemas breves (la mayoría de ellos constan de cinco, seis y siete versos), con la excepción del poema XXXIV formado por veinte, que constituyen pálpitos de emociones que vibran en instantes de contemplación desde la orilla desde la que el sujeto poético se halla. Emoción procedente en ocasiones de lo sensorial y a menudo de una posición reflexiva que indaga dentro de sí misma mediante el lenguaje poético y la prerrogativa que este nos otorga a los/as poetas de manifestarnos con la amplitud (por inconcretas) de las sugerencias. A través de estas, del decir-no decir sin explicar, la autora se deja llevar por la palabra para expresar aquello que es de todo inexpresable en la comunicación normal carente de recursos y de extrañezas lingüísticas.

Esa orilla en la que se encuentra el sujeto poético no siempre es física, es decir, el punto de partida de ese fragmento de mar que la autora percibe desde su terraza, sino que, incluso cuando este es observado por ella, se halla ante una dimensión no material como es la presencia del pasado, la memoria configurada como el presente de las cosas pasadas tal como san  Agustín la concebía en el libro IX de su obra Las confesiones; del futuro incierto, o un mundo inmaterial que constituye su propio mundo caracterizado por el anhelo de descubrir los enigmas que encierran la existencia humana. El sujeto poético se encuentra en un espacio propio, un territorio de observación, un lugar desde el que se capta la perspectiva de otro espacio, unas veces exterior (sobre todo la contemplación del mar) y la mayoría, interior. De ahí que los vocablos referidos al campo semántico del mar no siempre aparezcan en los versos, si bien con frecuencia «la otra orilla» se sobrentiende en la mirada reflexiva y emocional de la que nacen.

Cierta desazón se deja entrever o se evidencia frecuentemente: el helor de un  futuro impredecible («¿A dónde vais, bandadas de aves rosa,/tan veloces?/El invierno está allí,/en la otra orilla…»), la imagen del mar como sepultura de personas que procedían de otras tierras y que no pudieron alcanzar la orilla deseada, en una clara alusión a la inmigración con final trágico en aguas marinas («ya duermen en la fosa de tu Estrecho,/brazos suplicantes»); a menudo es simplemente espejo de sus emociones positivas o negativas pero de origen inespecífico («Ebrio de lamentos y llantos,/confundes la bonanza,/y encabritas al viento») o de las angustias pasadas que se transmiten en el agua y «un escalofrío (…) se confunde con los ácueos». Sin embargo, «La cara y la cruz de la existencia/ya duermen en tu vientre», dirá en el poema XIII, porque un hálito de esperanza surge a menudo en sus versos como un deseo de aferrarse a la faceta amable de la existencia. Por ello en un «día jubiloso» «Los delfines entonan/viejos himnos del ATLANRÁNEO», vocablo creado por la autora mediante la contracción de ‘Atlántico’ y ‘Mediterráneo’. Como afirma el poeta Antonio Romero Márquez en el prólogo que precede a los poemas, «En la poesía de Alice Wagner existe una voluntad de resistencia más que de huida» (pág. 9). 

La riqueza léxica es palpable en este libro, como lo es también la utilización de metáforas mediante bellas imágenes intuitivas («Andamos al acecho del trino del algún pájaro») o también esclarecedoras, por ejemplo cuando concluye el poema XXVIII con el verso «Mariposa atrapada por arañas», para significar que el sujeto poético está encorsetado por el cansancio y la oscuridad en el camino vital, lo que le impide ser libre. Es este otro de los anclajes metaforizados de los que parte la poética de este libro: un planteamiento filosófico que subyace y que emerge en los versos sobre los límites de la libertad del ser humano condicionado por las imposiciones de la vida y por su incapacidad para captar el «Todo», entendido como plenitud circular que tiene su morada en el mundo «lleno de perfectas imperfecciones», como expresa su autora en esta magnífica y profunda paradoja (poema XVI). Los planteamientos filosóficos surgen a través de la palabra poética como vía para intentar llegar a un conocimiento más certero de la existencia y del tiempo, y esto recuerda en cierto modo al discurso sobre la razón poética desarrollado por María Zambrano. Por otra parte, la filósofa veleña afirmó en su artículo «¿Por qué se escribe?», publicado en el número 32 de la Revista de Occidente en 1934 e incorporado en su libro Hacia un saber sobre el alma (1934, Alianza Literaria), que «Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo (…), en que precisamente por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ellas.[i] Es esa soledad que a Alice Wagner le permite tomar distancia ante un mar físico y simbólico a la vez, con objeto de poder adoptar la perspectiva necesaria para la observación. Desde su espacio interior afirma en el poema XXVI: «Ciega/ante el camino que bordea mi libertad». Obsérvese que un solo vocablo («Ciega») constituye por sí mismo un verso como recurso para focalizar la idea de oscuridad, la incomprensión de ese camino vital que le impide ser libre. 

Como las olas marinas, existe un vaivén en el decir de la autora, una bipolaridad oscilante entre la emoción atribulada («lo que encendió mi fuego de mí huye») y un optimismo vital, a veces procedente de la fantasía, de los sueños, del silencio («Hoy bendigo el silencio/que permite que viva, piense,/me estremezca») o de la rememoración del lugar de su infancia y adolescencia en otras tierras (Alhucemas), concretamente en el poema XXXIV, que es el más largo del libro con veinte versos, y en el que los recuerdos son expresados con un rico y conmovedor lirismo.

Con una hábil disposición de los poemas, el último de ellos es concluyente de todos los anteriores desde el primer verso: «Surge el fuego interior que busca». Menciona a Pangea (metáfora de tierras o de orillas unidas) «en la que habiten sonrisas de plenitud» (…) «donde la penumbra mental no exista», para finalizar con la imagen del «nómada virtuoso/ que venga de la otra orilla…». Es decir, de ese territorio que se encuentra al otro extremo de la suya propia. Verso que cierra con puntos suspensivos en un nuevo alarde de sugerencias característico de este bello y profundo libro. 

Desde esta orilla es un poemario intuitivo y reflexivo, sosegado y vibrante, cuya autora, Alice Wagner, no necesita ninguna declamación egotista tan utilizada en los tiempos que corren, porque la gran calidad literaria de su poesía, por sí misma, se abre paso.   

   


[i] ZAMBRANO ALARCÓN, M. (1934). Hacia un saber sobre el alma. Alianza Literaria.  Ap. GONZÁLEZ BARBERO, Ignacio. (28 de agosto de 2016). “María Zambrano: «Por qué se escribe». Revista Culturamas.

https://www.culturamas.es/2016/08/28/maria-zambrano-por-que-se-escribe/#:~:text=%C2%ABEscribir%20es%20defender%20la%20soledad,descubrimiento%20de%20relaciones%20entre%20ellas.:

 

    

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